Aumentó menos que la inflación

Desde el año 2005, en el Grupo Costa medimos el costo promedio de un pocillo de café servido en un bar céntrico de las ciudades de Villa María, Córdoba y Buenos Aires. Esto nos permite conocer las variaciones de precio de dicho producto, su costo relativo entre las distintas plazas, la evolución de su costo en dólares y su relación de valor con otros países del mundo. Además, podemos comparar su evolución con el promedio de los precios de la economía.

En esta oportunidad, nuestra medición está enfocada en su precio en pesos y en dólares en la ciudad de Villa María y el fuerte impacto que tuvo en su costo a partir de la asunción del nuevo presidente Milei, la posterior devaluación y liberación de precios.

Tomar un café en un bar de la ciudad se encareció significativamente a partir de mediados de diciembre del año pasado, pero a partir de febrero comenzó a mostrar una especie de congelamiento en su precio. Según el índice ONE COOFEE, pasó a $1.050 en la primera semana de febrero a $1.200 en la primera semana de abril, dos meses después. Un 14% creció en pesos su precio en este corto tiempo, un porcentaje relativamente bajo si lo compramos con la inflación del periodo (un 25% entre febrero y marzo).

Los valores indicados son considerados “promedio” en nuestra plaza, pero existe una gran dispersión de precios en los distintos lugares, con diferencias en algunos casos de más del 20% entre café y café.

El argumento principal de este bajo crecimiento en su precio está asentado en una fuerte recesión que se está viviendo, en especial en el consumo de este tipo de servicios, que no es de primera necesidad para la población.

Lo cierto que, para un cafetero de todos los días, tiene que contar con un presupuesto estimado de unos $ 24.000 mensuales si desea tomarse un cafecito con amigos de lunes a viernes en un mes.

Si lo transformamos a dólares oficiales, su precio es de U$S1,32 un valor superior al vigente en febrero (U$S1,23). Y si lo medimos en dólar blue, su precio sería de U$S1,20, lo que está marcando un encarecimiento de un 33% en el último bimestre (U$S0,90), consecuencia de la baja del dólar libre.