¡Chau 2024, hola 2025 de elecciones!

Se va el año más complejo de las últimas dos décadas. Un gobierno inédito, disruptivo y rupturista llegó a la Casa Rosada para enfrentar una gravedad económica e inflacionaria que remitía a otros tiempos de la Argentina. Aplicó motosierra, licuadora, recorte, ajustes y cualquiera método doloroso para una población dispuesta a soportar los cambios con la promesa de un porvenir mejor. 

Se va el 2024 del ajuste feroz, por momentos insensible, sobre todo con los jubilados. No hubo contemplaciones en post de mejorar la macroeconomía. Hay sectores aún golpeados, que no percibirán en el corto plazo la alegría de los mercados financieros, que hoy celebran el cambio de políticas económicas. El Gobierno promete un 2025 de crecimiento del PBI en torno al 5%, el doble de la caída de este 2024. Los últimos meses mostraron variaciones positivas en varios sectores de la economía. No en sus porcentajes interanuales, sí intermensuales. 

A partir de enero, la comparación enero-enero y así hasta diciembre será con los números que deja el primer año de Milei en la presidencia. En todos, seguramente, los porcentajes serán positivos. Se parte de un piso muy bajo. Habrá que seguir prestándole atención a los intermensuales para saber si la industria, el comercio y la construcción, los sectores más golpeados, comienzan a recuperar terreno.

Si bien el foco de las miradas de la población estará puesto en la economía, en el horizonte asoman las elecciones legislativas 2025. Los resultados estarán íntimamente ligados. Algunos dicen que podrían eliminarse las Paso, otros prefieren mantener un año más el sistema de elección directa de candidatos por partidos. A la luz de lo observado en una década de vigencia, las primarias carecen de sentido. La lapicera de los partidos políticos opera más fuerte que el sufragio de los ciudadanos. Elegir siempre es positivo, si se utilizara sería una gran herramienta. Pero no se usa, lamentablemente. A la mayoría de los ciudadanos no le interesan las Paso.

Por eso, la elección que vale la pena sucederá allá por octubre. El oficialismo nacional buscará incrementar sus bancas en diputados y senadores y, sobre todo, ganar en la provincia de Buenos Aires, donde concentra el 37% del padrón electoral nacional.

Además es la fortaleza del peronismo, hoy dominado por el kirchnerismo. Si alcanza los dos objetivos, principalmente el segundo por lo que significa en términos simbólicos, habrá logrado consolidar su posición política y proyectarse más allá de 2027.

Con pocos diputados y senadores en este año se las arregló para sacar leyes claves como la Ley Bases, o frenar los intentos opositores de restaurar fondos a universidades y jubilados. No es problema conseguir votos de legisladores en este país. Los mecanismos de negociación vía intendentes o gobernadores siempre están abiertos a cambio de obras, programas o fondos para sus municipios o provincias. Pero una elección no se compra y Milei fortalecerá su poder no solo ganando en todo el país, sino principalmente en Buenos Aires, la madre de todas las batallas.

A 10 meses de aquellos comicios bisagras en la historia argentina, el Presidente goza de una imagen positiva superior al 50%, más o menos la misma cantidad de votos que obtuvo en balotaje. En Buenos Aires hay paridad con el peronismo. En el país le va bien en casi todos los distritos. Deberá conseguir candidatos que representen su proyecto de manera fiel, ya que los votos no son trasladables.

Córdoba vivirá un escenario especial. Con varias candidaturas a la vista. Pueden ser más o menos al final del camino. Se presume un escenario de atomización. Con el peronismo provincial (Hacemos Unidos por Córdoba) con una lista, el kirchnerismo con otra; más La Libertad Avanza; más la Unión Cívica Radical (¿juntos o separados con Milei?); más la izquierda. ¿Y Juez? Por ahora dice que esta vez no compite y apoya a los libertarios. ¿Y el Pro? A la espera de los acuerdos de Macri con el Presidente. Se eligen nueve diputados. Pocos lugares para muchos intereses. Bienvenido 2025. Que sea un buen y apasionante año.

Martín Alexis Alanis.