Con sello argentino

SSM (Stainless Steel Manufacturers) nació en el 2013 de la mano de Javier Giraudo. Se dedica a la ingeniería y fabricación de instalaciones para transporte y envasado de productos granulados y en polvo, con tecnología de envasado bajo atmósfera controlada, al transporte por vacío en fase densa y ultra densa del producto y estaciones para líneas de envasado automático, semiautomático y finales de línea.

Villa María se ha convertido en la primera cuenca láctea y la más importante del país. El sector es uno de los principales motores de la economía en la región. Genera en su entorno un movimiento importante con la instalación de grandes plantas fabriles y empresas satélites, proveedoras de insumos, tecnología y maquinarias que le dan vida y dinamismo a la región. SSM es una de ellas. 

Javier es ingeniero mecánico y trabajó muchos años en Nestlé desde su época de estudiante. Al dejar la firma capitalizó toda la experiencia adquirida en los años de trabajo en la planta láctea para armar su emprendimiento. Y así fue que formó su empresa.

Diseñan y montan envasadoras automáticas, semiautomáticas y finales de línea para la industria láctea. Ya están afianzados en este rubro y ahora están proyectando el ingreso a otros mercados. Entre sus planes está la posibilidad de ingresar a la industria manisera y a la industria farmacéutica para lo cual ya han entablado las primeras negociaciones.

Javier es el encargado del diseño y desarrollo de todos los productos que comercializan, y con la asistencia de un ingeniero electrónico puede proyectar la aplicación de tecnología, mecánica y componentes. Cabe destacar que a finales del año 2023 se incorporan sus hijos a la empresa, el menor, próximo a obtener el título de ingeniero, trabaja a la par de Javier y su hijo mayor lo hace en la planta. Dándole así, una mirada más joven a los proyectos. Mientras que Carlos Terreno es el responsable del área de producción.

De la mano de un grande

Javier trabajó en Nestlé, pero lo hizo también en Punta del Agua y Noal. Cuenta que en 2012 la empresa Noal le propuso el desafío de diseñar la planta de leche en polvo, lo que fue para él la puerta de ingreso a nuevas oportunidades.

El desafío era importante, pero lo concretó y de allí no paró más. Hizo el desarrollo completo del proyecto, desde el edificio, la planta, hasta el equipo de envase para el producto. “Hicimos el diseño y fabricación de máquinas automáticas. En el caso de Noal envasa tres bolsas por minuto que equivalen a 4500 kilos de leche por hora. Esta fue la primera máquina y para nosotros fue un orgullo. Como empresa le debemos mucho a Noal. Además, le hicimos el sistema de transporte de leche en polvo por vacío a los silos y al envase. De allí tomé el empuje y creé esta empresa. Con Noal nació SSM.

Este punto de partida fue una verdadera oportunidad porque después nos llamaron desde otras fábricas que querían la misma máquina. Por el boca a boca llegamos a diversas empresas de la cuenca lechera de Argentina, principalmente hoy estamos trabajando en Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.

A medida  

Nuestras universidades le han aportado a la sociedad profesionales altamente calificados, que sumado al desarrollo de tecnología en el país, se han combinado perfectamente para que este tipo de empresas surjan y sobre todo generen productos de la más alta calidad y que puedan competir con cualquiera que se fabrique en el mundo. Cuenta Javier que las máquinas de este tipo o para equipar las fábricas lácteas, se traían anteriormente de Europa o Estados Unidos, pero hoy se pueden desarrollar en el país con la mejor eficiencia y sobre todo con calidad y garantía. “Los principales competidores que tenemos son fabricantes del exterior. Con máquinas importadas, lo que hemos logrado es igualar y superar la tecnología y los mecanismos, en muchos casos. Nosotros estuvimos del lado del usuario y veíamos que había cosas que se podían hacer más simples y no complicar a los operarios. Bajo estos conceptos es que fuimos puliendo y logramos un producto prácticamente a medida.

Tenemos diseñado un equipo de base al que luego vamos adaptando y así van surgiendo las modificaciones de acuerdo a las necesidades de las empresas. Esta es una fortaleza que tenemos, la adaptación a los requerimientos de los clientes”.

Otra de las fortalezas que ofrecen es la atención pos venta. Una vez instalada la máquina se capacita al personal, además de hacer un seguimiento del funcionamiento.

De cara al mundo

Esta empresa comenzó con un pequeño taller en Villa Nueva, más precisamente en la calle Belgrano, que fue creciendo hasta que en 2019 adquirieron un terreno en el parque industrial y allí montaron su planta. Están en un proceso de crecimiento constante. Ya han concretado las primeras ventas al extranjero y van por más con proyectos para ampliar las exportaciones. La tecnología que ofrecen puede competir en el mundo. “Vendimos un equipo a México y viajamos para ponerlo en marcha. Por ahora las ventas que estamos concretando son por redes y sobre todo por recomendaciones. Por ahí nos encontramos con una limitante que es ajena a nosotros, llegamos a un cliente, cotizamos, diseñamos y el cliente del extranjero no concreta la venta por el contexto del país, se fijan en la situación de Argentina y por ahí no confían para compararnos”.

Pisando fuerte

Los años de trayectoria y la seriedad en la tarea los han afianzado en el mercado lácteo y hoy están abriendo otros sectores. Lo que ofrecen es una envasadora para productos con contenido graso, con un tratamiento adicional por el que se le quita todo el oxígeno al producto, lo que posibilita extender la vida útil de la producción y pasar de seis meses a dos años conservando las propiedades. Uno de los sectores a los que estarían proyectando llegar es al sector del maní, pet food e Industrias farmacéuticas.

Además, están centrados en el desarrollo de los finales de líneas. “Nuestro desafío es mostrarle a la industria que nuestras máquinas son adaptables. Y luego desarrollar los finales de línea. Ya tenemos resuelto lo que es el transporte de leche en polvo, el envasado y ahora estamos trabajando en los finales. Es decir, con paletizado, robotizado. Así, el producto sale de la sala de envasado en bolsas y lo que hacemos es trabajar en el sistema de transporte con un robot que las pueda acomodar y paletizar”. Confiados de lo que ofrecen es que están ampliando mercados.