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La biodiversidad en riesgo

Se llevó a cabo la segunda edición del Premio Frontiers Planeta, organizado por la Fundación de Investigación Frontiers, que premia a los investigadores más destacados en la ciencia de la sostenibilidad. Entre los candidatos estuvo nominado el biólogo cordobés Pedro Jaureguiberry, quien participó en la elaboración de un informe organizado por la plataforma intergubernamental Ipbes, publicado en 2019, que detalla el estado real de la biodiversidad y la pérdida de su composición frente al cambio climático.

El investigador cordobés recibió el galardón que reconoce los avances y aportes en materia de biodiversidad y sostenibilidad.

Pedro es investigador y especialista en Ecología del Fuego, se desempeña en el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y su aporte a este mega trabajo se conjugó al de científicos de todo el mundo.

¿Qué es la biodiversidad y por qué es tan importante para el ser humano?
Pedro Jaureguiberry: La biodiversidad es la variedad de seres vivos que podemos encontrar en el mundo. Para acercar una noción de lo que implica tener una biodiversidad debemos pensar en todo lo que tenemos. El origen de lo que consumimos y usamos está en la naturaleza salvaje. La biodiversidad es la fuente de los recursos que el hombre ha utilizado a lo largo de toda su historia para hacer las cosas. Por eso es tan importante la estabilidad de todo el sistema; la biodiversidad es la base para que los ecosistemas se mantengan sanos y nos sigan proveyendo.

¿Cómo trabajaron para elaborar el informe entre tantos participantes?
Pedro: Nosotros no representábamos a un país, sino que éramos expertos en biodiversidad que trabajamos a través de la plataforma intergubernamental Ipbes. Para lograr esto se llevó a cabo un proceso largo de selección de personas que llevarían adelante la elaboración del informe, sin tener una mirada sesgada por profesión, género, ubicación geográfica, etcétera.

El trabajo realizado permitió no solo informar el estado de gravedad en el que se encuentra la biodiversidad sino también poder relacionarlo con todos los sectores: público, privado, comunidades, locales. No se pretendía que fuera pesimista sino realista, informar cuál es la situación y qué se puede hacer para corregirlo.

¿Cómo fue la metodología para realizar el informe?
Pedro: Por razones de logística y tiempo nos basamos en el conocimiento científico disponible para confeccionar el informe. Las herramientas y motores de búsqueda te permiten acceder a sitios de bibliografía académica que agrupan el 80 por ciento de la información científica. Con los términos de búsqueda apropiados recopilamos más de 4.000 papers (artículos de divulgación científica). Luego con un protocolo se filtraron estos artículos y se decidió con cuáles avanzar. Así reducimos el volumen y quedaron 600, los que fueron analizados por completo y se volvieron a filtrar, quedando 163 que tenían los datos que nosotros necesitábamos. Algunos de esos papers incluyen base de datos enteras a nivel mundial de ciertos indicadores de biodiversidad. Esto nos permitió definir los cinco impulsores (factores) que más afectan a la biodiversidad.

El informe es súper realista ya que apunta a la toma de decisiones, para que las tendencias de todos los indicadores de biodiversidad que evaluamos cambien, teniendo en cuenta la realidad del ser humano que necesita seguir abasteciéndose de los recursos.

¿Los 5 impulsores que ustedes definieron, todos tienen el mismo nivel de impacto o pueden ranquearse?
Pedro: Uno de los objetivos del informe era hacer un ranking de estos cinco impulsores. Encontramos que el cambio de uso de la tierra ha sido significativamente el que más impactó en el cambio de la diversidad; segundo, a la extracción de recursos naturales (pesca, caza, comercio de especies, tala) le sigue la contaminación, cambio climático y especies exóticas invasoras. Esto primero se analizó a escala global y luego por regiones en el mundo y por ambientes (terrestres, marinos y de agua dulce).

Por ejemplo, en el mar se determinó que por la sobrepesca el tamaño promedio de los peces disminuyó, eso es pérdida de la biodiversidad. A pesar de que haya la misma cantidad de especies, la pesca generó una presión que disminuyó el tamaño de cada animal, entonces ya se alteró la composición de esa biodiversidad.

¿Se está implementando en algunos sectores lo que ustedes informaron en este trabajo?
Pedro: Hay mucho más interés en el ámbito científico, productivo y privado. Palabras como agricultura regenerativa, sistemas agroforestales y soluciones basadas en la naturaleza empezaron a utilizarse, cuando hace 20 años no se escuchaban. Según mi experiencia, a las personas de distintos sectores les lleva mucho tiempo y les cuesta el cambio para avanzar, ya que no hay una red instalada donde los profesionales puedan acudir y obtener ideas de cómo desarrollar un mecanismo más sustentable.

En la agenda política está cada vez más presente, al menos en lo discursivo. No significa que se traduzca en algo aplicado en concreto. Lo que sucede es que no hay una consecuencia inmediata muy grave de que no se tomen decisiones, políticamente hablando. La consecuencia ecológica se ve recién a largo plazo, pero si se ve el trasfondo, el impacto es directo sobre la economía y la calidad de vida.

En otros países, por ejemplo, a partir del informe se desarrolló un plan de manejo de polinizadores. En 2015 se publicó otro informe donde se indicaba que la pérdida de estos organismos implicaba una pérdida económica del 8 por ciento en algunas producciones, lo que significaba 500 millones de dólares anuales.

“La consecuencia ecológica se ve recién a largo plazo, pero si se ve el trasfondo, el impacto es directo sobre la economía y la calidad de vida”.

¿En qué se invertiría el dinero del premio?
Pedro: Al igual que en esta iniciativa, estoy involucrado en otras similares donde me interesaría aplicar la misma metodología, y para eso se necesita invertir en herramientas y recursos humanos. De esta manera, con el dinero se podrían recopilar datos a distintas escalas, por ejemplo en Córdoba, para determinar cuáles son los impulsores de la pérdida de biodiversidad en la provincia en las últimas décadas. Y a partir de esto saber qué se necesita corregir, porque es ahí donde la política tiene que actuar.

Soledad Santa Cruz

Bióloga

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