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La industria en un nuevo contexto

Cuando se habla de industria en Córdoba, un referente indiscutido es Ercole Felippa, actual presidente de la láctea Manfrey y del CIL (Centro de la industria Lechera), vicepresidente de la UIC y director de Holcim. Un dirigente de vasta trayectoria en diferentes instituciones vinculadas al quehacer industrial. Los cambios impuestos por el actual gobierno nacional, en especial la apertura económica, han generado polémicas con distintos sectores productivos en relación al futuro de las empresas nacionales ante la competencia externa, en especial el sector industrial. Este y otros temas de gran vigencia, como la situación en el sector lácteo, tratamos con Ercole Felippa en esta nota.

¿Qué visión tienen de las medidas aplicadas por este gobierno en relación a la industria?
En primer lugar creo que habría que sacarle un poco de efervescencia al tema. Esto nace como consecuencia de la simplificación de una serie de medidas, que en todo caso ya hace tiempo estaban anunciadas.

La eliminación del impuesto al país es una cuestión que todos los sectores lo venían pidiendo. De hecho, en septiembre hubo una reducción, del 17,5% pasó al 7,5 % y a partir de allí viene la eliminación. Si ahora vamos a plantear que no estamos de acuerdo, estamos para el diván.

Creo que en esta cuestión lo que hay que ver es lo siguiente, estamos en el medio de un proceso donde variables macroeconómicas se han reacomodado y eso genera tensiones que tienen que ver con esta reducción o eliminación. El sector venía planteando la reducción de impuestos en general, pero si no estamos de acuerdo con que se elimine éste, me parece que es una contradicción. Por ahí se pueden generar efectos colaterales en algunos productos de consumo masivo que compiten con la industria nacional.

La industria no tiene que tenerle miedo a la competencia. Sí debemos plantear la igualdad de condiciones. Como muestra, en nuestro sector meses atrás cuando el gobierno decidió importar alimentos sin impuestos para bajar el costo, en este caso de los lácteos. Por este motivo se planteó: si me cobras el impuesto país para la caja de la leche o el impuesto para los insumos que necesito para el proceso, obvio que mi costo va a ser otro. Por ejemplo, teníamos que competir con una leche uruguaya pagando un impuesto nosotros que ellos no afrontaban, me parece que son las cuestiones que hay que poner en agenda.

Tenemos que competir y tiene que ser una economía abierta, pero mientras tanto seguimos teniendo una presión impositiva que quienes compiten con nosotros no la tienen. Esa es la cuestión.

¿Qué opinión tiene con respecto a la estabilidad económica, objetivo del gobierno? ¿Qué significa para la industria?
Creo que en materia macroeconómica las medidas que tomó el gobierno tienden a normalizar una situación que viene de un descalabro de mucho tiempo. Por ahí no me gustan las formas, pero es verdad que para tomar las medidas que se han tomado es necesario tener un convencimiento, una determinación, una decisión y un coraje para hacerlo que no sé si un presidente “políticamente correcto” de buenos modales estaría en condiciones. Tomar las medidas que son muy necesarias y que por ahí generan efectos colaterales que pueden perjudicar a algunos sectores, es complejo.

Se prevé que los ejes centrales del crecimiento serán minería, agro, combustibles e industria del conocimiento. ¿Cómo ves a la industria argentina en general en este proceso de crecimiento?
Yo creo que la industria en términos generales, puerta adentro es competitiva, que ha sobrevivido a cada una de las crisis que pasó el país, que de alguna manera ha sabido salir fortalecida. Creo que el principal problema tiene que ver con el contexto, con el desorden macroeconómico que claramente el gobierno ha demostrado tener voluntad en resolver.

En cuanto al equilibrio fiscal por ahí uno hubiera esperado que se haga de forma más suave en más tiempo, pero es claro que para la sanidad de cualquier economía ningún proceso económico es viable con déficit fiscal y a las pruebas me remito.

El tema de tener equilibradas las cuentas públicas es un paso fundamental para tener una economía en crecimiento. Con estabilidad económica les va bien a quien produce y a quienes consumen.

Tanto el Presidente Milei como el Ministro de Economía Caputo le han dicho a los empresarios, nosotros restablecemos las condiciones macroeconómicas, ahora les toca a ustedes ¿Están pensando en invertir los empresarios?

Nosotros independientemente del contexto invertimos permanentemente en las buenas y en las malas. Confiamos siempre en Argentina porque creemos que es un país que ofrece enormes posibilidades y de alguna forma tenemos la gimnasia de haber soportado devaluaciones, tablitas cambiarias, hiperinflación. Hay un bagaje de experiencia que nos habilita a desenvolvernos en escenarios complejos.

Lo que creo es que el empresario va a invertir en la medida que vea estabilidad, reglas de juego claras y que vea seguridad jurídica. Algunas cosas se están haciendo, otras faltan y otras no ayudan. Por ejemplo, cuestiones que tienen que ver con los nombramientos de jueces o condicionamientos, los que no ayudan a la seguridad jurídica. Esas cosas se miran.

En cuanto a las medidas tomadas en materia macroeconómica, nadie puede estar en desacuerdo. Por otro lado, es verdad que estamos ante un cambio de época y paradigma en donde hasta hace poco el estado te decía a quién tenías que venderle, como tenías que venderle a qué precio y si vas a exportar a qué precio. Eso ya no existe más. Parece que pasó mucho tiempo, pero en realidad fueron solo 11 meses y creo que tenemos que adaptarnos al nuevo régimen y modelo.

Por otro lado hay unas luces amarillas que hay que plantear. Cuando vemos que en el mundo se están adoptando medidas proteccionistas y el presidente dice hay que abrir la economía. Hay que ser pragmático. Argentina necesita una economía abierta inserta en el comercio internacional. Pero tiene que ser una apertura inteligente que realmente sea pragmática que nos sirva para comercializar nuestros productos y cuando hablamos de esto es un viaje de ida y vuelta. A eso no le tengo miedo y el empresario de Córdoba tiene una mirada de apertura con una agenda que hace a la competitividad.

En relación al sector lácteo ¿Cómo lo estás viendo y cuál es la proyección para los próximos meses?
A este sector nunca hay que mirarlo como una foto sino como una película. No es tan absoluta la mirada. A nivel de producción primaria, independientemente que los precios son buenos, se vive en una situación de arrastre y se están padeciendo las consecuencias. En primer lugar, la sequía y por otro lado la implementación de los dólares diferenciales que pegó en la línea de flotación de la lechería, haciendo que muchos productores tuvieran que darle menos o dejar de darle alimentos concentrados o en caso achicar rodeo para poder alimentar al resto y eso hoy todavía se padece. Todo este contexto explica una caída en la producción de este año cercana al 9% que se suma al 2% del año pasado. Lo que hace prever que vamos a tener para los próximos meses un escenario de precios favorables para la materia prima, pero hay que analizarlo dentro de un contexto porque si vemos que la producción entró en una curva descendente estamos ante un mercado interno deprimido. Entonces si no se puede exportar porque tenemos un precio alto y es el principal producto que el país exporta estamos ante dos explicaciones: hay un atraso cambiario y la otra cuando en Argentina se supera los 40 centavos el litro de leche por materia prima se hace difícil exportar.

Desde ese punto de vista si no generamos un esquema que nos permita sacar los excedentes que no consume el mercado interno podemos entrar en una etapa de desequilibrio entre la oferta y la demanda que son las principales causales de las crisis en nuestra actividad.

¿Cómo ves a Villa María, en especial su perfil productivo vinculado al sector?
Es la primera cuenca de la provincia de Córdoba y esta provincia es la primera productora de lácteos a nivel país, más que Santa Fe y Buenos Aires. Por otro lado, me parece que es muy interesante analizar Villa María como ciudad y como cuenca por todo el desarrollo tecnológico, industrial y académico que hubo alrededor de la actividad. Hoy la Universidad Nacional de Villa María, la Escuela de Lechería y muchas industrias lácteas y de equipamientos para las mismas se han desarrollado en la zona, con lo cual creo que es un claro de ejemplo de la capacidad de desarrollo del sector en una región que le permite generar empleos de calidad, genuinos y en definitiva es sinónimo de desarrollo económico. Porque muchas veces confundimos el concepto de desarrollo con el de crecimiento económico. Una cosa es crecer y otra muy distinta es generar un desarrollo que tiene un impacto económico y también social, Villa María es un claro ejemplo de ello.

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