Recuperación 3D para ecosistemas marinos

Los Arrecifes de Coral son uno de los ecosistemas biológicamente más diversos y valiosos del planeta. Ocupan solo un 0.2% de la superficie del océano global, pero albergan un tercio de toda la vida marina; y actualmente atraviesan un evento de blanqueamiento a escala mundial, producto del cambio climático. Históricamente, en el planeta Tierra se han producido cinco extinciones masivas, cada una de las cuales fue precedida por la muerte de los arrecifes. Frente a este panorama, científicos ponen a prueba posibles soluciones para revertir el cambio climático y hacer viable la continuidad de la vida.

Los arrecifes de coral, desempeñan un papel fundamental en la biodiversidad marina, la economía y la protección costera. Estas intrincadas estructuras submarinas albergan unas 4.000 especies de peces y cientos de organismos, además de proteger las costas contra la acción de las olas, tormentas e inundaciones, ayudando a prevenir la pérdida de vidas y la erosión. Además, la industria farmacéutica encuentra cada vez más principios activos para el desarrollo de fármacos, como tratamientos para el cáncer y la artritis.

Como consecuencia del cambio climático, la temperatura superficial del mar se eleva y estos ecosistemas sufren un proceso de blanqueamiento, por el cual los corales se estresan y expulsan las algas simbióticas (zooxantelas) que viven en sus tejidos. Estas algas son cruciales para la supervivencia de los corales, proporcionando nutrientes esenciales a través de la fotosíntesis. Sin ellos, los corales pierden sus colores vibrantes, volviéndose blancos, quedando debilitados y más vulnerables a las enfermedades.

A los efectos de revertir este escenario se vienen desarrollando diversas estrategias para salvar estos preciados ecosistemas. En Puerto Rico un grupo de biólogos instaló más de 10.000 corales elaborados a base de almidón de maíz e impresos en 3D, para revivir el ecosistema marino azotado por los huracanes de la región. Las estructuras insertas, de colores azul, amarillo e incluso blanco, miden hasta 60 centímetros y su función es atraer peces y otros organismos para revitalizar el arrecife más rápido que los corales naturales, los cuales tardan hasta un año en crecer lo suficiente para convertirse en un hábitat adecuado.

El equipo de trabajo encontró un aumento significativo en la biodiversidad de las especies presentes en los arrecifes cuando se combinó la trasplantación de corales naturales y artificiales. Una vez colocados en este ecosistema, los corales no contaminan el área ya que sus componentes son renovables y naturales.

En México, se instalaron dos viveros multiespecies con el objetivo de replicar el modelo de República Dominicana que también pretende recuperar los arrecifes. Los viveros han servido como excelentes reservorios genéticos; al mismo tiempo que se busca rescatar las estructuras coralinas que están muertas, las cuales ayudan a consolidar el sustrato donde se asientan los nuevos arrecifes cultivados.

Comprender cómo el cambio climático afecta el ecosistema de los arrecifes de coral es crucial para la salud general de los ambientes marinos, e inexorablemente para el equilibrio natural que permita la permanencia de todos los seres vivos; incluido el ser humano.

Soledad Santa Cruz

Bióloga