Todo por el arte

Lienzos colgados, decoración rústica, naturaleza, olores intensos del laboratorio de pinturas, velas, obras de arte, un salón con trabajos en el piso, telas por pintar y pintadas, un clima acogedor de puro arte y belleza te reciben en el taller del artista local Martín Enricci. Un autodidacta que de niño comenzó con esta pasión y ya a los 18 años, sin que lo supiera su familia pintaba cuadros que luego vendía.

Es arquitecto, nació en Las Perdices y toda su infancia la pasó en el campo junto a sus padres y seis hermanos. Estudió arquitectura y al recibirse se mudó a Villa María, donde tiene su taller. Siempre se sintió más artista que arquitecto. Trabajó diez años en la profesión hasta que comenzó a dedicarse completamente a las artes plásticas. “Estaba muy cansado y decidí dedicarme al arte. Comencé trabajando muchas horas al día en producir y reproducir porque quería encontrar mi estilo”.

Martín es una persona que toma riesgos y que va a todo o nada. Al poco tiempo de comenzar se presentó en la Feria de Arte BADA (Buenos Aires Directo de Artistas). Fue para él un desafío: “Me presenté y fue para mí una experiencia muy linda, pero muy caótica por la magnitud que significa Buenos Aires. Me fue muy bien y luego surgió la BADA México y allá fuimos. Luego vino Estados Unidos, España, Japón y así empezó una vorágine que no paró. Hoy vivo solamente de esto y tengo un cronograma de viajes armado para todo el año. Con muestras, colaboración con otros artistas, con las marcas que me auspician”.

Fue el gran ganador de esta edición de Casa Foa y se ha convertido en uno de los artistas más importantes de la provincia y el país. A partir de este mes comienza a desarrollar una muestra en Salta, que será parte de la exposición Degustar de vinos que se hace todos los años. Y para final del mes estará nuevamente en FADA Buenos Aires. También participará de la inauguración del espacio del Grupo Hereje y de allí viajará a Italia con su muestra.

Vende obras en Buenos Aires, Tucumán, Salta, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos, Chile, Uruguay y España.

Otra de las actividades que está desarrollando son cenas y encuentros temáticos en su espacio de trabajo. En su afán de hacer, está trabajando con la Bodega Urqo a la que le hace las etiquetas de los nuevos vinos de alta gama, realizando un cuadro exclusivo para cada uno.

Orgánico y natural 

Desarrolló un estilo propio muy particular, indica que lo destaca el proceso orgánico y natural que tienen las obras desde el principio al fin. Todos los materiales son nacionales. Las telas las hacen en Tandil, son lonas de algodón totalmente naturales con su color original, sin lavar, lo que hace que sean duras. No se arrugan y son gruesas por lo que es difícil inyectarle pintura, por eso trabaja en superficies grandes y en el piso.

Las tintas que usa son naturales y las elabora él mismo en su laboratorio. Son a base de agua con fermentos de hierbas, metales, óxidos, fermentos instantáneos y de procesos largos. Con tintas hechas a base de vinos, de yerba mate, de corteza de árboles, de café, malta. Esto le da a sus obras un estilo único. Ha realizado cuadros de ocho metros de largo, grandes obras que indica no ocupan visualmente el espacio, pues son obras minimalistas y tranquilas. La idea de hacer sus propias pinturas surge de su pasión por la cultura japonesa. “Me inspiro mucho en esa cultura. Son tintas que duran mucho más que una tinta artificial. El proceso es muy interesante”.

Siempre nos preguntamos si se puede vivir del arte. “Creo que se puede vivir de esto. Hay que confiar en uno mismo, entender que lo que se hace se va hacer bien y ser constante”.