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Una mayor apertura al mundo

El nuevo gobierno tiene como objetivo abrir Argentina al mundo en términos de comercio exterior. Para saber cómo nos encontramos y los cambios que han comenzado a generarse, entrevistamos a dos especialistas en la materia: Gustavo Fadda y Gustavo Scarpetta.

¿Como están las empresas con relación a la importación y exportación?

Gustavo Fadda: Desde la asunción de Javier Milei se ha visto una flexibilización en todo lo que tiene que ver con la burocracia, se han simplificado los trámites, lo que es un gran avance. De los tres cepos que teníamos: a las mercaderías, a las empresas y el cambiario se eliminaron dos. El primero, que estaba sujeto a una aprobación a través del Sistema Integral de las Importaciones (SIRA), que era un permiso previo, se lo eliminó y se reemplazó por un sistema de registración estadística (SEDI), prácticamente una aprobación automática. Se eliminó el cepo a las empresas que debían acreditar una capacidad económica financiera, un indicador de la AFIP que determinaba si las empresas contaban o no con los recursos para llevar adelante la importación.  Ahora solo hay que acreditar que están al día tributariamente. Lo que sigue en pie es el cepo cambiario.

Hoy para sectores sensibles, como calzado o indumentaria, se eliminaron cuestiones como las declaraciones juradas de composición porcentual que las empresas tenían que presentar a la Secretaría de Comercio y previamente se los aprobaban. Debían declarar la composición del textil o calzado y luego cumplir con una exigencia a la hora de importar, tenían que venir con un etiquetado previo en la prenda o calzado, encareciendo trámites y más tiempo de demoras.

Gustavo Scarpetta: Creo que hoy los ojos están abiertos para la importación porque es ella la que ostenta el gran tema que refiere al dólar atrasado que, si bien el gobierno insiste que no lo está, los números demuestran lo contrario.

No tenemos precios competitivos salvo en materias primas. En bienes industriales los números marcan una caída en los últimos seis meses. Las importaciones han crecido porque cuando se analizan precios internacionales contra lo nacional, teniendo en cuenta el peso de los impuestos, la logística y otros costos, sigue siendo conveniente importar.

¿La oportunidad está en la economía del conocimiento?

Fadda: El sector del agro es el motor más competitivo, pero en materia de intangibles los servicios basados en el conocimiento vienen creciendo. El complejo sojero exportó 13 mil millones de dólares el año pasado, en segundo lugar fue el automotriz con 8.900 mil millones de dólares y el tercero los servicios basados en la economía del conocimiento con 8.500 y que, además, generan superávit.

El gran exportador es CABA con el 90 por ciento y luego viene Córdoba lo que marca su importancia. Servicios profesionales, técnicos y empresariales, servicios de información, informática y telecomunicaciones, desarrollo de software. Contenidos audiovisuales, ítems muy importantes para la provincia.

¿Qué demandan los industriales para tener competitividad?

Scarpetta: Creo que son 100 tareas que podrían impactar en la competitividad. Para mejorar siempre se devaluó, pero este gobierno dijo “no” a este tema. Logística, procesos, bajar impuestos, retenciones, apertura comercial… eso tendría que incentivarse. Nuestros vinos, por ejemplo, pagan casi 20 por ciento de arancel en Estados Unidos, mientras que Chile no, y eso es por acuerdos comerciales. Son pequeñas cosas que hay que hacer y que llevan tiempo.

¿Vamos a un cambio, a una mayor apertura?

Fadda: Totalmente, esto es un déja vu, es un volver a la política neoliberal que aplicó Carlos Menem. Está recorriendo el mismo camino, pero con una diferencia fundamental. Menem desde el punto de vista político arrancó con un plan de estabilización fuerte y mientras más destrozaba la inflación más credibilidad tenía. Las medidas que implementó fueron un éxito para la estabilización de la macro economía, con un plan de reformas y desregulación del estado. Acá es lo mismo, pero al revés, arranca sin consenso político de allí la insistencia de aprobar la Ley Base para que todos tuvieran comprometidos y le dieran la fuerza política. No hay un plan de estabilización, pero las medidas indican que para tenerlo hay que atacar el déficit público, eliminarlo, controlar la inflación, luego la eliminación del cepo y una dolarización. Las medidas tomadas en comercio exterior van en este sentido. Es decir, se eliminaron las prohibiciones de importar neumáticos usados, por ejemplo. Se eliminan impuestos, tales como el de equiparación de precios, utilizado en el caso de la importación de azúcar procedente de Brasil. También, el impuesto conocido como derecho de importación específico mínimo, utilizado como cálculo para determinar las medidas antidumping.

En cuanto a lo impositivo, se aumentó el impuesto país y no se redujeron aranceles a la importación. Pero sí se empezaron a simplificar los trámites para importar, eliminando restricciones. Teníamos 23 años de comercio exterior administrado y regulado por el Estado, con prohibiciones, restricciones, cupos, cuotas, autorizaciones especiales, intervenciones previas, sumados a altos derechos de importación y exportación, todo combinado con un sistema de control de cambios, llevándonos a una economía cerrada. Ahora nos sorprende lo que está implementando este gobierno y la comparación con Menem resulta inevitable.

¿Qué le dirían a una pyme que exporta bienes y no materia prima?

Scarpetta: Ahora no es el momento. Todos los industriales tienen dos problemas: el tipo de cambio y la competitividad. Las mejoras son reales, pero hoy cuando los empresarios van a las ferias se encuentran con que es más probable que compren a que vendan.

Hay que estar preparados para importar. Ser más competitivos, buscar un insumo importado que mejore parte del proceso. Mejorar para tener un producto de mayor calidad. El posicionamiento, la marca del producto argentino no alcanza para entrar a un mercado interesante porque nos compran por ser baratos y no están pensando en calidad. Pero hoy están comprando como baratos a un asiático y ahí la industria se cae como también le está pasando a Brasil que tiene el mismo problema que no puede salir más allá de Latinoamérica. No tenemos calidad ni precio.

Creo que se llenan los cursos de comercio exterior porque la gente no cree, están seguros de que se va a devaluar. Pero hay que estar preparados para importar porque a este dólar cualquiera que va de vacaciones a Brasil le conviene porque devaluó.

Esto tiene un correlato entre la industria y el turismo: si tus conocidos se van a Brasil, la industria se preocupa.

Fadda: Hay otra visión y tiene que ver con los intangibles. Todas las medidas que ha llevado adelante el gobierno están apuntadas a los bienes de los sectores convencionales. Se agregó el turismo y el país tiene mucho para ofrecer. Pero no se hizo nada con los intangibles basados en el conocimiento. Hay una ley de economía del conocimiento y se puede mejorar mucho. Darle más competitividad a las empresas y a los emprendedores que llevan adelante estos servicios. Volver a la ley original aprobada durante el gobierno de Mauricio Macri con los beneficios fiscales que planteaba con respecto a las exportaciones, esto les daría un vuelco.

Más a allá de una alícuota reducida de ganancias preveía la eliminación del doble cobro de ganancia porque ese es el principal obstáculo a la hora de exportar servicios, hay que pagar ganancias dos veces, en Argentina y en el país de destino. Otra de las cuestiones es el cepo, que lleva a la informalidad, hay entre dos mil quinientos y tres mil millones de dólares que no se registran porque facturan desde otro país o no se factura por las restricciones cambiarias.

¿El proceso para exportar o importar es rápido para alguien que quiera mirar el mercado externo?

Scarpetta: creo que se va a ir dando, muchos que producen van a tener líneas exportadoras y tendrán una línea para importar para el mercado interno. Se va a dar lo que pasaba en los 90, fabrico parte y parte la importo. Hay que estar preparado para el mercado externo. Por ahora no hay una apertura indiscriminada, no se bajó ningún impuesto, hoy importar es más caro.

Todo tenemos que acordar con el Mercosur que es el bloque más cerrado del mundo, con un arancel más alto en promedio. La apertura si viene, será lenta. Los aranceles van a ser difíciles de bajar.

Fadda. Podemos dividirlo en tareas de corto, mediano y largo plazo. Corto ya lo implementó. Lo de mediano es lo que plantea Gustavo, que en dos años más o menos debe lograr que vía Mercosur se puedan llegar a incrementar las exportaciones, abrir los mercados, darles incentivos a los exportadores.

El Mercosur está totalmente aislado del mundo. Estamos integrados solo con el 10,7 por ciento de la economía mundial cuando el promedio es del 50 por ciento. Ahí se tiene que hacer un trabajo fino por parte del gobierno y el Mercosur. Abrir mercados lo que nos llevaría a estar más integrados y las cosas cambiarían en cuestión de competitividad.

Scarpetta: un ejemplo simple, en Chile 8 de cada 10 ventas que se hacen no pagan impuestos cuando entran a otros mercados. Ni china, Europa y Estados Unidos. Argentina es lo contrario, al revés solo 2 de cada 10 no pagan. Y esto no es integración. Tenés que negociar, bajar aranceles. Necesitamos gente que se siente a negociar.

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