Una mirada productiva y sostenible

Entrevistamos a Víctor Accastello subgerente general de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) y director ejecutivo de ACABIO. Por la importancia de su tarea y su vinculación al campo y a la producción vinculada a este sector, es una palabra autorizada en la materia.

¿Cuál es la importancia de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA)?

ACA es una cooperativa que tiene 102 años y es la empresa N°1 en cuanto a la originación de granos en el país. Aproximadamente el veinte por ciento de los granos que se producen en Argentina son comercializados por ACA, los que llegan de 120 cooperativas agrícolas asociadas y de 60 centros propios ubicados a lo largo y ancho de todo el país. Con cuatro puertos, con varias plantas industriales, criaderos de semillas propias y 18 empresas vinculadas, alcanzó una facturación anual superior a 9.000 millones de dólares.

¿Por qué es importante agregar valor en la producción primaria?

Es importante aclarar que la producción primaria de grano, tal cual sale del campo, hoy tiene mucho valor agregado, ya que tiene genética y biotecnología. Con incorporación de fertilizantes, uso de fitosanitarios químicos y biológicos, uso de silobolsas, combustibles, etc.

Con la participación además de la industria de la maquinaria agrícola, tranqueras adentro hay mucho valor. Pero a ese grano que lo nombramos de producción primaria le agregamos otra cascada más de valor. Por ejemplo, en soja, Argentina es líder con el polo industrial logístico del gran Rosario en cuanto a molienda y transformación en harina, aceite y derivados.

Al maíz se le agrega menos valor porque el 70 por ciento se exporta como grano. Mientras que el 30 por ciento restante se utiliza a nivel local para transformarlo en proteína animal. Otra parte para bioetanol y otra para consumo humano (molienda seca y húmeda). Argentina necesita dar un salto de calidad, agregando más valor al maíz.

En cuanto al trigo, se exporta buena parte de la producción nacional, y en cebada, girasol y sorgo pasa algo similar. La cebada cervecera se transforma en malta, se muelen en el país cerca de un millón de toneladas. Pero aún falta agregar más valor y el país tiene oportunidades.

¿Qué es lo que está faltando? 

Argentina se caracterizó por el cambio de reglas de juego, lo que se llama falta de seguridad jurídica. Por eso, con la nueva Ley de Bases nace el RIGI, para grandes inversiones mayores a los 200 millones de dólares. Eso puede atraer inversiones para petróleo, gas, minería y para obras de infraestructura.

Pero para la industria agropecuaria no aplica. El agro requiere hoy una nueva ley de biocombustibles, necesita créditos a tasas internacionales. Se precisa una nueva ley para la protección intelectual en semillas. Una menor carga tributaria y luego más infraestructura, como trenes, caminos rurales, mayor calado de la hidrovía del río Paraná.

Es un proceso gradual, pero despejando burocracias como las que hay hoy en el Estado, cosa que comenzó a realizarse, esas menores cargas son una ayuda para todo empresario de cualquier escala. El impuesto país bajó, las retenciones al agro deberían ir bajando gradualmente. Una nueva ley de biocombustibles que ya está en el Congreso y que marca un nuevo horizonte para los inversores. Todo esto ayudaría y hay que respetarlo.

¿Los reclamos siguen siendo los mismos que hace 20 años?

Es importante que se atiendan cuando siempre se habla de la enorme carga tributaria. Hubo casos concretos en la última década que demuestran que cuando baja la presión impositiva, la producción crece. Lo mismo ocurrió con el bioetanol, donde se logró incrementar el corte de las naftas hasta el 12% actual.

En este contexto ¿Qué está pensando ACA en término de inversiones?

ACA en los últimos años redujo el ritmo de las inversiones, más allá del puerto de Timbués que se construyó en plena pandemia. Tenemos otras en carpeta, un parque para generación de energías renovables, la ampliación de ACABIO siempre es una posibilidad. Depende de que haya una nueva ley de biocombustibles que eleve el corte al 15%. Hay otros planes, como incursionar en la industria láctea. Se está analizando el proyecto de la carne vacuna, no para invertir en frigoríficos sino para encontrarle una vuelta a todo el proceso de producción y comercialización cárnica de nuestros asociados.

Hay otros estudios en carpeta y el más importante es la digitalización. En los últimos tres años se ha dado un salto de calidad en esta cuestión con varias herramientas como: ACA Mi Campo para la agricultura digital. ACA Market, que es la tienda online del campo para hacer negocios virtuales de insumos agropecuarios. La plataforma de logística GIRO, que permite la trazabilidad del transporte de granos desde el punto de origen hasta el punto de destino. La billetera virtual AL2 que permite operar los fondos del sistema cooperativo. ACA Valores, la ALyC que permite manejar la liquidez del sistema cooperativo. En este sector se ha invertido mucho a la hora de buscar productividad, los procesos son más eficientes, más rápidos.

¿Cuál es la situación de ACA Bio?

Produce bioetanol en partir del almidón del grano de maíz. Es el emprendimiento industrial más grande de bioetanol del país, con 290 mil metros cúbicos por año de capacidad instalada. Argentina consume aproximadamente 1.200.000 mil metros cúbicos de etanol al año. Por cada punto del corte de nafta son 100 mil metros cúbicos. Actualmente el corte es de 12 puntos. ACA Bio produce casi tres puntos del corte de las naftas, por lo tanto, si todo nuestro bioetanol fuera al mercado interno significaría que uno de cada 33 autos nafteros del país funcionaría durante todo el año con combustible producido en Villa María.

ACA Bio tiene hoy cierta capacidad ociosa. De los 12 puntos con que se cortan las naftas, 6 son etanol de caña de azúcar y 6 de almidón de maíz. La Secretaría de Energía asigna los cupos mes a mes. A ACA Bio, en los últimos meses, se le han asignado entre 13 a 14 mil metros cúbicos por mes, es decir que entre 55 a 60 por ciento de la producción va al mercado interno para el corte de nafta. Otra parte se vende a industriales para uso medicinal. Y el resto a la exportación con destino a Europa. ACA Bio logra certificar etanol sustentable y por esta razón logramos vender en tal destino.

La rentabilidad por la venta en el mercado interno es relativamente buena y se reinvierte gran parte de los excedentes. ACA Bio nació en 2014 con 125 mil metros cúbicos, en 2016 pasamos a 150 mil metros cúbicos, luego a 175.000 y desde el 2022 estamos con una capacidad productiva de 290 mil metros cúbicos. El plan es llevarla a 340 metros cúbicos para cuando esté la nueva ley de biocombustibles. ACA Bio es un gran emprendimiento para ACA y sus cooperativas, y para Villa María y su región.

¿Cómo ve a Villa María desde ACA en la región?

La ciudad de Villa María está ubicada en forma estratégica con buenos accesos sobre la autopista Rosario a Córdoba. Cuenta con dos universidades nacionales, con disponibilidad de energía eléctrica, gas, trenes y está dentro de la provincia de Córdoba que tiene una ley de promoción industrial. La ciudad ha tenido y tiene autoridades que priorizan el desarrollo productivo.
Córdoba es una provincia para inversiones. Cuando se pensó en una importante como la planta de bioetanol, se eligió Villa María.

¿Argentina podrá crecer rápidamente? ¿Tiene la potencialidad?

Totalmente. Los grandes impulsores de la Argentina son el agro, la energía, la minería y la industria del conocimiento. En ésta estamos muy encaminados, pero se necesita un único tipo de cambio para que se exprese en todo su potencial.

La buena noticia para el agro es la existencia de Vaca Muerta porque nos va a quitar presión fiscal. En 2024 Argentina va a terminar con cinco mil millones de balance energético favorable. Se va a transformar en un fuerte exportador de crudo cuando estén terminadas las obras de oleoductos y gasoductos. Ahí con la exportación de petróleo y gas el balance positivo será de 15 mil millones de dólares por año, y pasaremos de un energético negativo a un positivo en un corto plazo. En 2026 se podrá exportar gas natural licuado, amarrando barcos de GNL en el sur de Buenos Aires. Si a esto le sumamos los 30.000 millones que puede exportar el agro, se hace una cifra importante para nuestra necesitada balanza comercial.

La revolución del agro es el mundo Agtech (empresas tecnológicas vinculadas al agro). En Argentina existen 350 Agtech. Todo lo que es siembra y fertilización variable, cultivos por ambientes y la aplicación selectiva de fitosanitarios. Todo lo que viene en materia de riego subterráneo. Además, las ganancias de productividad agrícolas hay que hacerlas cuidando el medioambiente.

El maíz va a subir un 50 por ciento el rinde por hectárea en diez años. Con la ayuda de las Agtech mejorando los procesos y riego. Ahí está la revolución del agro y con un estado más eficiente creo que Argentina está en posibilidades de transformarse en potencia.

La importancia del cuidado del ambiente

El crecimiento tenemos que hacerlo, en ACA y en nuestras cooperativas, en forma sostenible. Pretendemos ser la empresa número uno en sostenibilidad del agro, buscando un equilibrio entre el crecimiento económico y el bienestar social, generando trabajo de calidad y contribuyendo con las comunidades donde trabajamos, y a la vez, mejorando nuestra huella ambiental.