Eduardo Accastello retorna a la intendencia de Villa María con un enorme capital político. Es producto, no solo de su historia como dirigente justicialista de la ciudad, con tres periodos anteriores a cuestas, sino por la fuerza de los votos conseguidos en las elecciones del pasado 1º de octubre. Sacó 42 puntos, dejó en 27 a su inmediato perseguidor y consolidó un poder territorial que le permitió ganar en la mayoría de los barrios de la ciudad. Accastello es el de siempre pero también tendrá que ser innovador, moderno. Los nuevos tiempos exigen mayor celeridad en las resoluciones de problemáticas. Exigen además mayor dinamismo en la comunicación con la gente. Exigen un diálogo fluido entre la dirigencia y los vecinos mediatizados a través de redes sociales. La burocracia, la lentitud, es cosa del pasado. El Estado necesita ser ágil, resolutivo, facilitador, atento. A nadie le sirve tener áreas cuestionadas por todas las instituciones de la ciudad como Obras Privadas o Habilitaciones. No hay un sector que no se haya quejado durante la campaña, ni un candidato a intendente que no lo haya mencionado. Incluso el propio Accastello, quien se comprometió a digitalizar los trámites municipales y modificar el funcionamiento de las mencionadas carteras. No hay empresario, comerciante, constructor, emprendedor, que no haya encontrado en este tiempo más trabas que aperturas para avanzar con un proyecto. En momentos donde se le reclama al sector privado más trabajo e inversión, los obstáculos de la burocracia son inadmisibles. En esta Argentina no hay tiempo que perder. Accastello además deberá imprimirle otro ritmo a la gestión municipal. Recuperar el crecimiento perdido en los últimos años. Se sabe de su exigencia hacia sus funcionarios, que deben responder con compromiso y resultados. Ese Accastello no cambiará, seguirá igual. Tampoco le resultará complicado devolver dinamismo a un Municipio que hoy parece moverse en cámara lenta. Llegará con un plan de gobierno para revitalizar la gestión diaria, con objetivos de corto, mediano y largo plazo. Retorna a la ciudad “porque la gente se lo pidió”, como él dijo en la campaña, y las urnas le respondieron. Ahora deberá retribuir esa confianza con resultados. Es un desafío conocido para el líder del peronismo local, aunque también con la responsabilidad de asumir en un nuevo tiempo, con nuevas demandas y nuevos actores. Accastello consiguió el apoyo de vecinos de todas las clases sociales y todos los sectores geográficos. El reconocimiento a su gestión anterior no distingue clases o territorios. La clase media y media alta de la ciudad, que en general acompaña a Juntos por el Cambio en elecciones provinciales o nacionales, o a La Libertad Avanza en esta oportunidad, en el plano local vota por el peronismo, particularmente por Accastello. La dirigencia opositora local no logra conformar un proyecto alternativo competitivo para disputar la intendencia. Accastello ocupa el Ministerio de Industria, Comercio y Minería. Sabe lo que necesitan los empresarios de la ciudad. Por lo pronto, no más trabas para invertir. Luego acompañamiento con incentivos fiscales y crediticios. Se vienen tiempos difíciles en lo económico y solo un Estado local atento a las demandas del sector puede mitigar los efectos de las (¿malas?) políticas nacionales. Anexo La nota hasta aquí leída fue publicada en la última edición papel de Claves (número 113). Este es un anexo en función de los últimos acontecimientos. A un mes y medio de las elecciones municipales hay pocas precisiones respecto a dirigentes que podrían ocupar las distintas secretarías y subsecretarías. “Se vienen cambios importantes, lo reclama la sociedad”, dijo una fuente de extrema confianza del intendente electo y es la misma percepción que tienen en el gillismo. Los cambios alcanzarían también a las segundas, terceras y cuartas líneas. Por estas horas reina la incertidumbre en el Palacio Municipal. Nadie sabe cuál será su futuro. No solo habrá cambios en la gestión y en las políticas públicas, sino también de nombres propios en todas las áreas. Por lo menos así lo dejan trascender desde el accastellismo. Accastello fue proclamado intendente el pasado miércoles en el Teatro Verdi junto a concejales, tribunos y auditor. Es el paso previo a la jura y asunción prevista para el 10 de diciembre. Se lo notó muy emocionado y dijo que las definiciones de nombres de su nuevo gabinete se resolverán en las próximas semanas luego de reuniones con partidos políticos de la oposición y de instituciones intermedias. En la elección de sus funcionarios se trazará el perfil de la gestión. A esperar un poco más.
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