En la actualidad, todas las empresas enfrentan un gran desafío: atraer y retener talento.
Las personas analizan no sólo el beneficio económico sino “la propuesta de valor integral” que el puesto y la organización le otorgarán por lo que una Marca Empleadora facilitará la atracción de los talentos.
En primer lugar, una marca empleadora es el conjunto de beneficios funcionales, económicos y psicológicos que proporciona el trabajo como así también la cultura y los valores que identifican a la organización.
Su construcción requiere de identificar los valores reales de la empresa, determinar los aspectos centrales de la cultura interna y los beneficios que tienen las personas que allí trabajan.
Un elemento fundamental en la construcción de la marca empleadora es la honestidad, donde lo que comunicamos sobre lo que somos como empresa es lo que realmente somos.
En tiempos de comunicación permanente en redes sociales, observo organizaciones que comunican valores que no tienen, beneficios que no otorgan y una cultura interna moldeada para atraer y que no tiene vigencia en la actualidad. ¿Qué genera? Una insatisfacción inmediata en los nuevos integrantes de la empresa donde descubren una organización diferente a la que percibían en el proceso de selección lo que puede generar insatisfacción, baja productividad y una mayor rotación del personal. ¿Sirvió la marca empleadora? Si para atraer y no para retener.
La construcción de una marca empleadora atractiva y su posterior posicionamiento ante diferentes públicos genera beneficios competitivos para una organización.
En este proceso de construcción se debe:
- Identificar la misión, visión y valores de la organización.
- Determinar la propuesta de valor para el empleado que se incorporará a la empresa.
- Comunicar a los públicos objetivos los aspectos centrales de la marca con el fin de atraer talento.
- Medir la experiencia (Satisfacción y proyección laboral, nivel de motivación, entre otras variables) del empleado en los primeros tiempos dentro de la organización.
- Medir la percepción que tiene el público objetivo sobre la marca empleadora y realizar los ajustes necesarios.
En tiempos de competencia por el talento, una marca empleadora atractiva aportará a la empresa un diferencial, facilitando los procesos de reclutamiento y la posterior selección, pero será fundamental la honestidad organizacional para mantener una relación productiva, eficiente y de largo plazo con las personas que la integran.