La macroeconomía es el principal activo de Javier Milei al cumplirse un año de su asunción en la primera magistratura del país. Fuerte baja de la inflación (2,4% el índice de noviembre, el número más bajo desde julio 2020), equilibrio en las cuentas públicas y estabilidad monetaria y cambiaria. Un programa de ajuste feroz, clásico, incluso prometido en campaña, que tuvo un altísimo impacto social en los primeros meses de su gobierno.
Sin embargo, y contra todos los pronósticos, el segundo semestre comenzó a mostrar mayor estabilidad tanto en la macro como en la microeconomía y la caída de la imagen del Presidente en junio-julio se revirtió hacia noviembre-diciembre (con su pico de popularidad hoy , en torno al 55%).
No sé si estaremos ante “el milagro argentino”, como dice Milei, pero que los precios en supermercados se han mantenido en el último tiempo iguales o parecidos semanas tras semana ya es un logro que ningún presidente pudo evidenciar en los últimos 10 años. Bienes y servicios están estables a partir de varios factores, uno de ellos la paridad cambiaria en torno a los 1000 pesos y la promesa de no devaluar.
Una apreciación del peso imaginada un año atrás. Todos nos acordamos cuando los hinchas brasileños venían a la Argentina y rompían a modo de burla los billetes de mil pesos. Hoy el país se encareció en dólares y ninguno de los “torcedores” que visitó Buenos Aires para presenciar la final Botafogo - Atlético Mineiro no rompió nada. Al contrario, se quejaron de los altos precios comparados con los de su país.
Y este hecho simple demuestra el cambio de política económica con la asunción del gobierno libertario. Allí mismo también radicará su mayor desafío pensando en las elecciones 2025 y en la posibilidad de reelegir en 2027. Porque la estabilidad valorada por la población, con un fuerte anclaje del dólar, puede impactar en la competitividad de las empresas argentinas y golpear la producción ( por fin, en el empleo).
Milei, admirador de Carlos Menem, sabe que el talón de Aquiles de la paridad 1 a 1 (la famosa convertibilidad) fue el cierre de fábricas, industrias, quiebre de campos, desempleo, etcétera. Argentina no compitió a nivel global con ese modelo económico y la promesa de 60 años de estabilidad de Cavallo apenas fueron 10.
Milei tiene que evitar ese fenómeno para continuar en el gobierno. Si bien el contexto es otro, y las condiciones y posibilidades de crecimiento y desarrollo son otras (Vaca Muerta, por ejemplo; o la minería), nunca están demás repasar la historia para no repetir errores.
Hoy su imagen es positiva, aunque no hay nada más variable en la Argentina que la opinión de los ciudadanos sobre la política y los políticos. Alberto Fernández llegó a medir casi 70 puntos en el inicio de la pandemia.
Un dato interesante publicado hace semanas por la consultora Idesa advierte sobre esta situación: los sectores más golpeados y que más les cuesta recuperarse son comercio, industria y construcción. Los tres de mayor generación de empleo.
Si bien hay valoración en la estabilidad de precios, si la población no percibe mejores ingresos en el 2025, el desafío electoral del gobierno puede ser mayor al que imagina. De hecho, la administración libertaria informó en las últimas horas que el empleo asalariado registrado en empresas privadas creció un 0,2% en septiembre, acumulando un aumento del 0,3% en dos meses consecutivos, equivalente a la incorporación de 16.000 nuevos trabajadores, de acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL).
Además, señalaron que el poder adquisitivo del salario promedio privado “experimentó un aumento significativo en octubre, creciendo un 2,5% respecto al mes anterior”.
Los argentinos siempre votaron y votaron con el bolsillo. Fue evidente en 2023 a pesar de las polémicas frases o definiciones que esgrimía Milei en la campaña sobre diferentes temas. No importó. La gente quería un cambio económico. Y eso premiará o castigará a los libertarios en las urnas. Si cumplen, la confianza se les renovará; si defraudan, la elección del votante irá hacia otros espacios.
Que hayan informado sobre crecimiento en el empleo y en el salario, unas horas después de la cadena nacional del Presidente, habla de la importancia del tema. Porque las elecciones se ganan con votos, no con números macroeconómicos. La sociedad apoyó el ajuste, empero no es para siempre. Esas mejoras se tienen que sentir en su bolsillo. Milei enfrenta un desafío doble en 2025: consolidar la recuperación y ganar las elecciones. Dos caras de una misma moneda.
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