Hace unos días se publicaron los datos del censo 2022, en el cual se dieron a conocer la cantidad de habitantes de las localidades de Argentina, en los mismos se observa que el conglomerado Villa María-Villa Nueva alberga a más de 122.000 habitantes, constituyendo luego de las ciudades del Gran Córdoba y las localidades serranas que crecen gracias al turismo, el polo poblacional que más ha crecido en las últimas décadas.
Este importante crecimiento se avizoraba desde el año anterior cuando el INDEC dio a conocer datos parciales, ya que el Departamento San Martín evidenciaba un aumento de habitantes muy por encima del resto de los departamentos, especialmente los vecinos como Unión y Marcos Juárez.
En el censo de 1980 estos tres departamentos mencionados tenían casi la misma cantidad de habitantes, en el último censo el San Martín llega a 162.306 habitantes, el Unión a 118.372 y el Marcos Juárez a 113.635 habitantes.
¿Cómo se explica que los departamentos de mayor cantidad de producción de soja, maíz y trigo por hectárea de la provincia hayan tenido tan poco crecimiento respecto al San Martín que tiene tierras menos productivas?
El fenómeno es multicausal, pero una de las más importantes es que nuestro Departamento le da Valor Agregado a la producción agrícola transformando el grano en leche, carne, bioetanol, alimento balanceado, aceite, etc., con la consiguiente creación de fuentes de empleo, situación que se hizo más importante en las dos últimas décadas.
Si comparamos los datos actuales con los del censo del 2001, a nivel ciudades: la ciudad de Marcos Juárez creció el 17.5%, la ciudad de Bell Ville el 17.2%, la ciudad de Villa Nueva el 59% (la disponibilidad de tierras motivó a que muchos villamarienses construyeran en ella) y la ciudad de Villa María el 33.11% (la suma del conglomerado creció el 38% en 20 años).
Al mencionado motivo del Valor Agregado, puede agregarse varias causas más: la apertura de la UNVM que marcó un antes y después desde su llegada en 1995, no solo por los más de mil agentes que hoy trabajan en ellas, sino por la notable cantidad de estudiantes que se radicaron en la ciudad (sumados a los que ya venían a la UTN y los terciarios), produciendo un notable desarrollo científico, social, artístico y cultural, además de llegar al récord que ostenta desde hace varios años Villa María, como la ciudad de Córdoba con mayor cantidad de metros cuadrados construidos por habitante.
Podemos mencionar varias más: el desarrollo del sector salud que recibe a miles de pacientes de la región, el crecimiento de la industria láctea que la ha convertido en la más importante de Argentina, la apertura del Parque Industrial y Tecnológico, un pujante sector comercial, el interesante aporte del sector cooperativo, un positivo desarrollo del ecosistema emprendedor especialmente en el sector del software, la radicación de AcaBio que recibe a cientos de camiones de maíz y entrega otros tanto cargados de bioetanol o subproductos, todo en el marco de reconocidas gestiones municipales que dotaron a la ciudad de infraestructura, servicios de luz, agua, gas y cloacas casi a la totalidad de su población, que aumenta la calidad de vida.
Ahora bien, para seguir este sendero de crecimiento será necesario que la ciudad enfrente varios desafíos, entre ellos: desarrollar con mayor fuerza su impronta industrial (apoyando la creación de pymes y estimulando su ecosistema emprendedor), ampliar el parque industrial especialmente en el área logística, internacionalizar sus empresas con una agresiva campaña de búsqueda de nuevos mercados internacionales, propiciar políticas activas que apoyen la mayor llegada del comercio local al E-Commerce, afianzar su oferta de servicios de salud (el rubro estético puede crecer mucho), seguir afianzando su industria cultural aprovechando sus recursos humanos y aún más las instalaciones del Anfiteatro y su bella costanera, mejorar su oferta gastronómica, incrementar la oferta universitaria, etc., lo que en su conjunto seguramente permitirá además que la ciudad vuelva a recuperar los vuelos a la Capital Federal.
Sin embargo, creo que el mayor desafío será lograr que parte de los recursos financieros que la ciudad genera y posee (varios depositados en bancos que luego lo trasladan a sus casas centrales o inmovilizados en cajas de seguridad), puedan destinarse mediante el trabajo articulado entre el sector público y privado, a apoyar la creación y financiamiento de empresas, especialmente Star-Up y empresas de base tecnológica.
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